Analizamos la película Flow y la magia de la comunicación felina: ¿qué nos dice el protagonista con sus sonidos?

Si hay algo que sabemos quienes convivimos con gatos es que su forma de comunicarse va mucho más allá del maullido. Y eso es justamente lo que nos muestra Flow, la película de animación (ver trailer) que nos sumerge en el viaje de un gato negro en un mundo inundado, sin una sola palabra, pero con un lenguaje que cualquier amante de los felinos puede entender: el de sus sonidos.

En esta historia, los diálogos brillan por su ausencia, y en su lugar, los sonidos del protagonista nos guían a través de sus emociones. Así que, ¿qué nos está diciendo realmente este gato? Vamos a desglosarlo desde el lenguaje felino.

1. Maullidos: la herramienta de comunicación con los humanos

En la vida real, los gatos adultos no suelen maullar entre ellos; es algo que han desarrollado para comunicarse con nosotros. En Flow, cada maullido parece tener un propósito:

  • Maullidos cortos y agudos → pueden ser llamados de atención o una forma de expresar curiosidad.
  • Maullidos largos y modulados → suelen indicar frustración o una petición urgente (¡quiero salir de acá!).

En la película, cuando el protagonista emite estos sonidos, nos está dejando claro que tiene algo que decir, incluso en un mundo sin palabras.

2. Ronroneo: confort y autorregulación emocional

El ronroneo es uno de los sonidos más fascinantes de los gatos. Aunque suele asociarse con felicidad, también es una herramienta de autorregulación cuando están estresados o sienten dolor.

En Flow, el ronroneo del gato protagonista podría simbolizar momentos de calma en medio del caos, una forma de encontrar seguridad en su entorno incierto. Es como si nos recordara que los gatos, incluso en situaciones difíciles, encuentran formas de consolarse a sí mismos.

3. Bufidos y gruñidos: “No te acerques demasiado”

El bufido es el equivalente felino de decir «¡Aléjate!», una respuesta automática cuando sienten miedo o amenaza. En la película, cada bufido del protagonista nos indica que algo lo incomoda o lo pone en alerta.

Los gruñidos, por otro lado, son un aviso más claro de que no está dispuesto a ceder su espacio. Puede ser que esté protegiendo su territorio, advirtiendo a otro animal o simplemente expresando su frustración.

4. Trinos y chirridos: el lenguaje de la emoción

Uno de los sonidos más encantadores de los gatos es el trino, un pequeño «brrr» que emiten cuando están emocionados o quieren llamar la atención. Es común en madres que se comunican con sus crías o en gatos que nos saludan con entusiasmo.

En Flow, estos sonidos aparecen cuando el protagonista descubre algo nuevo o interactúa con otros animales, dándonos pistas sobre su estado de ánimo.

5. Cacareo o parloteo: el instinto cazador en acción

Si alguna vez has visto a tu gato mirando por la ventana a un pájaro y emitiendo un sonido parecido a un “kak-kak-kak”, sabrás de qué hablo. Este sonido, conocido como cacareo o parloteo, es típico en situaciones de frustración cuando un gato quiere atrapar algo, pero no puede.

Si en la película el protagonista lo hace en algún momento, es posible que esté observando algo con gran interés, pero sin poder alcanzarlo. Es la expresión pura de un cazador en acción.

6. Gemidos o maullidos lastimeros: “No me siento bien”

Los gemidos o maullidos prolongados y graves suelen ser señal de incomodidad o dolor. En Flow, si el protagonista emite este tipo de sonidos, probablemente esté enfrentando un momento de dificultad o miedo extremo.

Este sonido es clave en la comunicación felina, ya que es una de las pocas formas en que nos avisan cuando algo anda mal.

7. Silencios y lenguaje corporal: cuando el gato habla sin hablar

Aunque nos enfocamos en los sonidos, la ausencia de ellos también comunica mucho. Un gato que deja de maullar, se agacha o mueve la cola con rapidez está enviando un mensaje claro. En la película, la combinación de estos elementos con los sonidos que mencionamos nos ayuda a entender qué siente el protagonista en cada escena.

La belleza de la comunicación felina en Flow

La gran lección de Flow es que la comunicación va más allá de las palabras. Los gatos tienen un repertorio sonoro impresionante y, al prestar atención a sus sonidos y combinarlos con su lenguaje corporal, podemos entenderlos mucho mejor.

Si la película logró que te sintieras más conectado con su protagonista, es porque hizo algo increíblemente bien: nos recordó que los gatos, aunque no hablen nuestro idioma, tienen una forma fascinante y única de expresarse.

TU MOMENTO: ¿Cuál de estos sonidos hace más tu gato? ¿Te gustaría aprender más sobre cómo comunicarte con él?

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